La Unión Europea espera que la reunión este jueves entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y los representantes de las instituciones europeas sirva para construir «una relación de confianza» y para sensibilizar al mandatario de Estados Unidos sobre la lucha contra el cambio climático.
Aunque no hay una agenda formal, la primera reunión de Trump con los representantes europeos, que durará en torno a una hora, abordará previsiblemente la reunión del G7 que tendrá lugar esta semana en Taormina (Italia) y en particular asuntos que se tratarán en ella, como el comercio y el cambio climático, dijeron hoy fuentes europeas.
La UE subrayará la importancia de mantener una estrecha relación con Estados Unidos en política exterior y comercial, según las fuentes, que indicaron que se espera que en el encuentro se hable también de seguridad.
Sobre el Acuerdo de París contra el cambio climático, la UE subrayará que «no es una amenaza sino una oportunidad, también para las empresas», según las mismas fuentes.
En la reunión del jueves se abordará no si va a haber cooperación, algo que se da por hecho, sino «en qué áreas» van a cooperar Bruselas y Washington.
El presidente estadounidense, que llegó a Bruselas el miércoles por la tarde, se reunirá el jueves con los presidentes de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y del Consejo Europeo, Donald Tusk, en la sede de esa segunda institución, en el «barrio europeo».
Será la primera reunión «en persona» entre el mandatario estadounidense y los representantes de la Unión, y ayudará a «construir una relación de confianza».
«Muchos cambios» se han producido desde el primer contacto mantenido entre Tusk y Trump, por teléfono, tras las elecciones estadounidenses, según las mismas fuentes.
Entonces Trump estaba «bajo la impresión del brexit» y preguntó «cómo se iban a desarrollar las cosas en la UE si seguirían otras salidas» a la del Reino Unido, mientras que ahora tras las elecciones en Holanda y en Francia, la situación es «completamente diferente».
Según las mismas fuentes, la visita a Bruselas del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, el pasado febrero fue «un éxito» y supuso ya un acercamiento entre las partes, ya que se aclararon algunas de las «dudas» que los europeos tenían sobre la Administración estadounidense.