Blanca Rosalinda Castaneda una mujer que dice no haber tenido “ada madrina” ya que desde temprana edad tuvo que trabajar para ganarse el sustento de cada día hasta hoy a sus 62 años.
Originaria de la capital salvadoreña, madre de ocho hijos, dos fallecieron, que dando solo con seis, abuela de nueve nietos, estudió hasta sexto grado, es una humilde señora que se dedica a vender dulces en los alrededores de la Asamblea Legislativa.
Con una sonrisa nos cuenta que ella desde pequeña empezó a trabajar de lavado y planchado en comedores para poder sacar adelante a sus hijos, aunque dice que ninguno está con ella pero la visitan.
“De mis hijos solo uno trabaja los de mas no, porque mire mamita en este país no hay trabajo, mis hijos no son malos yo los aconsejé y les dije que nos se juntaran con malas personas porque hoy está jodido”.
“Yo he tenido una vida trabajada pero en todos estos año he vivido feliz me enfermado pero gracias a Dios todo bien” finaliza con una sonrisa doña “Blanquita”.