Además de la baja productividad y la falta de financiamiento, los caficultores salvadoreños deben enfrentarse a la delincuencia que roba su cosecha o los obliga a pagar a grupos criminales para que les permitan el ingreso de sus colaboradores a las zonas de siembra, afirmaron ayer diferentes productores.
En una reunión con la Asociación Cafetalera de El Salvador y la Policía Nacional Civil, productores de todo el país manifestaron su preocupación por el impacto de la delincuencia en las zonas de cultivos.
Afirmaron que la situación los obliga a cumplir las exigencias de grupos delincuenciales o dejar de cultivar.
José Edilberto Guevara, presidente de la junta departamental de Acafesal en Morazán, explicó que desde hace tres años ejecutan un plan de seguridad para proteger a unos 1,200 productores de todo el departamento.
Para este plan, se invierten 97 mil dólares por cada período de cosecha y se destina a sufragar costos de movilización, de personal de la PNC y del Ejército salvadoreño, y en el apoyo con incentivos al gremio.
Guevara indicó que el valor del plan es absorbido por el Guevara detalló que la rentabilidad por manzana cultivada en Morazán ronda los 4.54 quintales, y es baja debido a que los cafetales aún no se recuperan del ataque de la roya registrado entre 2014 y 2015. Aseguró que en “la medida que la producción aumente, el costo de la seguridad será más bajo”.
Redacción: Gerardo Castro