El juicio que se desarrolla por la mantanza de los sacerdotes jesuitas, hoy se escuchó el testimonio clave del exteniente René Yusshy Mendoza, encarcelado en El Salvador hasta 1993, cuando la Ley de Amnistía le puso en libertad, quien era miembro del batallón Atlácatl, ejecutor de los asesinatos.
Un exteniente salvadoreño reveló este miércoles en el juicio contra el excoronel Inocente Montano que el alto mando militar, con la aprobación del entonces presidente Alfredo Cristiani, ordenó asesinar a seis jesuitas en 1989 en la Universidad Centroamericana sin dejar testigos de la matanza.
René Yusshy Mendoza señaló explícitamente al presidente, cargos políticos de Defensa (Montano era viceministro de Seguridad Pública) y jefes del estado mayor como los responsables y autores intelectuales de los asesinatos, cometidos por el batallón Atlácatl y al que el exteniente acompañó por orden de sus superiores.
Su declaración como testigo en el juicio que se sigue en la Audiencia Nacional española, tras ser exonerado de toda responsabilidad penal al inicio de la vista, se presentaba como clave contra Montano -único acusado- pues Mendoza había confesado y colaborado con la Justicia.
El exteniente relató que la masacre fue ordenada por el alto mando militar en una reunión horas antes de los asesinatos con el coronel Guillermo Benavides, a quien se encargó que ejecutara la matanza y quien a su vez eligió a Mendoza para que junto a otro mando de la Escuela Militar dirigieran la operación.
Mendoza relató todo lo que Benavides, condenado a 30 años de cárcel en 1992, amnistiado en 1993 y capturado en 2016 para cumplir la pena, le dijo antes de dirigirse a la Universidad Centroamericana (UCA).
Los jesuitas asesinados fueron los españoles Ignacio Ellacuría (rector de la universidad), Segundo Montes, Ignacio Martín-Baró, Amando López y Juan Ramón Moreno. También fueron asesinados los salvadoreños Joaquín López (sacerdote), la empleada doméstica de la universidad Julia Elba y su hija menor, Celina Mariceth Ramos.
El presidente Cristiani ordenó la matanza
“Toda la operación estaba ordenada por el alto mando, Benavides me dijo que tenía que ejecutar la orden que había recibido y que Montano fue una de las personas que dio la orden de eliminar a Ellacuría, me lo dijo varias veces”, afirmó Mendoza, que ha incriminado así al excoronel, que se enfrenta a 150 años de prisión.
Pero también involucró a Cristiani (presidente entre 1989 y 1994) porque, según el testigo, el alto mando iba a informarle de la operación en un encuentro en el edificio del Estado Mayor y que si se oponía a los asesinatos se informaría de ello.
“Si no hubo contraorden es que el presidente lo tuvo que haber aprobado”, apostilló el exmilitar, que siempre habló en su testimonio de “operación coordinada” por el Ejército.
Y en particular por “La Tandona”, la promoción de oficiales que “a finales de los 80 llegaron a tener el poder absoluto de las fuerzas armadas” y los puestos clave en el alto mando. Montano era miembro de aquel grupo que funcionaba “como una cofradía”.