Un Kremlin débil le sería útil a Pekín porque la haría vulnerable económicamente y podría suplantarla como líder de Asia Central. Sin embargo, para construir un orden mundial alternativo, Xi Jinping necesita de una Rusia fuerte.
Un veterano embajador latinoamericano en Pekín, que guarda muy buenas relaciones con los dirigentes chinos, asegura que en la segunda potencia mundial no están nada cómodos con el rumbo que está tomando la guerra en Ucrania tras los últimos movimientos.