Lo primero es reconocer que el punto G en los hombres existe, lo segundo es aprender a estimularlo.
Una de las revistas masculinas más importantes del mundo, Men’s Health, explicó que el primer paso para explorar el punto G de los hombres es comenzar con un masaje externo en el perineo (también conocido como grundle o taint), que se encuentra entre los testículos y el ano.
“El perineo es una zona erógena muy sensible, pero que a menudo se pasa por alto”, recalca la publicación, que agrega que “si el masaje externo te gusta, introduce el dedo (ya lubricado) en el recto en dirección al ombligo. A unos cinco centímetros, deberías poder sentir la próstata».
Por su parte, Uchenna Ossai, consultora sexual, citada en la revista Esquire, explica que «la respiración es esencial para el juego anal, prostático y pélvico. Si aguantas la respiración tu cuerpo reacciona como si fuera una situación tensa y se contrae, incluso ahí abajo”.