“La cena estuvo deliciosa mi amor” fueron quizá, las últimas palabras que aquella familia de cinco integrantes escuchó en aquella vieja mesa que estaba al centro de la humilde vivienda.
Las tres niñas estaban listas para dormir, su mamá como siempre se aseguraba que estuvieran abrigadas porque en esa época del año los vientos son más fuertes.
Xiomara vio el reloj y aún faltaban unos minutos para las 8:00 PM, conversaba con Marvin quien hacía cuentas de las arrobas de café que había recolectado en el quince aunque faltaban dos días para recibir el pago, aquel joven esposo estaba contento porque recibiría $75 y dijo que guardaría $20 para comprar los estrenos de sus hijas, aunque aún faltaban casi dos meses para noche buena.
El viento soplaba fuerte aquella fría noche, los perros eran los únicos que se escuchaban a lo lejos mientras las latas viejas de aquel techo sonaban con fuerza.

“Adiós papitos”
Xiomara y Marvin ya se habían dormido cuando alguien llamaba a la puerta, eran varios hombres que ingresaron a la fuerza en aquella casa y después de unos minutos solo el llanto de la niña más pequeña es el que se escuchó; los vecinos no tuvieron valor de salir para ver lo que había ocurrido.
Al cabo de varios minutos la bebé se quedó dormida junto a sus dos hermanitas de 4 y 5 años.

“La comunidad repudió el hecho”
Han pasado más de doce meses de aquella noche que no se borra de la mente de la niña mayor, quien por cierto sufrió un Accidente Cardiovascular y se encuentra en proceso de recuperación. En el Cantón Flor Amarilla, todos saben quienes cometieron los homicidios, pero tienen miedo de hablar.
“Los esfuerzos para combatir la delincuencia”
Estamos acostumbrados a esperar que las autoridades correspondientes resuelvan el problema de la violencia, pero ellos solos es casi imposible que puedan erradicar ese mal, que es considerado por la Organización Mundial de la Salud como una epidemia; es un país pequeño con 21 mil metros cuadrados que solo en los primeros días de diciembre, ya se contabilizan 15 homicidios diarios en promedio, solo el sábado anterior la Policía registró 23 muertes violentas y sólo 4 sujetos presuntamente vinculados a pandillas.
“El aporte de la empresa privada”
Aunque las empresas también son víctimas de la delincuencia que afecta a los salvadoreños, pero, también hacen lo propio para combatir este mal. Este año han aportado un 5% de sus ganancias para impulsar proyectos y programas que ayuden en la sociedad, para prevenir la delincuencia.
MIDES por ejemplo reportó ganancias por $6.8 millones y de esos fondos destinó por cada $500 el %5, para que fuesen invertidos en planes de seguridad y de prevención.
Este año el gobierno central, presentó a la Asamblea Legislativa cómo sería distribuido el dinero que empresas como MIDES han aportado (ver recuadro)
En agosto pasado el Consejo Nacional para la protección de la Niñez y Adolescencia (CONNA), reportó que 248 niños fueron víctimas de la violencia que afecta a los salvadoreños, aunque la cifra es menor a las reportadas el año anterior la situación es preocupante, dijo Zaira Navas directora de la institución.