Guatemala está preparada para recibir a los jóvenes que sean expulsados de Estados Unidos tras la suspensión definitiva de la Acción Diferida para Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), aseguró una fuente oficial.
El vicepresidente del país, Jafeth Cabrera, dijo a periodistas que su país respeta la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y anunció que a través de su embajada en Washington están tratando de ver si se puede revertir esa situación.
Cabrera aseguró que Guatemala está preparada para atender a los jóvenes con programas con los que se espera reinstalarlos cuando regresen al país.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex) dijo en un comunicado que a raíz de la cancelación de la DACA, la embajada de Estados Unidos y sus 19 consulados realizan acciones para contribuir a manejar la situación.
«La Cancillería, especialmente por medio del embajador acreditado ante la Casa Blanca y sus misiones consulares ha redoblado esfuerzos para que se respeten los derechos de estos jóvenes soñadores, el debido proceso y se realice la transición adecuada a una residencia permanente», expresó.
Agregó que se han dado instrucciones a los representantes diplomáticos y consulares para continuar realizando acciones de incidencia ante el Senado y la Cámara de Representantes de EE.UU.
El Minex anunció que van a continuar con acercamientos estratégicos con iglesias de diferentes credos, universidades, organizaciones latinoamericanas, abogados expertos en temas migratorios y defensores de personas migrantes para formar una causa común que apoye a sensibilizar sobre la importancia y contribución de este grupo al desarrollo.
«El Gobierno de Guatemala apoya y está atento a aquellas iniciativas de ley dirigidas a regularizar la situación de estos jóvenes soñadores que serán discutidas en el Congreso», dijo.
La Cancillería hace un llamado a los miles de guatemaltecos beneficiados por el DACA -más de 20.000- a estar atentos a los anuncios oficiales y tener claro que la decisión tomada por los Estados Unidos consiste en la cancelación gradual del beneficio.
