“Estándares muy altos” y una ‘”actitud entusiasta de Hollywood” pusieron a una recién llegada Meghan Markle en conflicto con su nuevo staff al convertirse en miembro de la familia real británica. Esa es la revelación más explosiva de los periodistas de investigación Dylan Howard y Andy Tillett en su explosivo libro alusivo, “Royals At War” (La realeza en guerra, en inglés).
De acuerdo al tabloide Daily Mail, que obtuvo acceso a la publicación, la duquesa de Sussex (38), que actualmente vive en Los Ángeles en la mansión de USD 18 millones del magnate Tyler Perry con el príncipe Harry (35) y su hijo Archie, alejó de esa manera al personal encargado de facilitar su transición a la realeza británica.
Al parecer, Markle abrumó a sus empleados con una rutina laboral que comenzaba a las 5 am con “bombardeos de mensajes de texto” que detallaban distintas tareas que esperaba que ellos cumplieran.