Paulo Dybala pasó un confinamiento complejo, cargado de preocupaciones. Fue uno de los futbolistas de Juventus que dio positivo de coronavirus y demoró un mes y medio en recuperarse de tal diagnóstico. Si bien nunca tuvo problemas físicos, su estado de salud fue seguido de cerca por todo el mundo. Luego de haber superado esa batalla contra el Covid-19, el atacante argentino parece haber vuelto a la actividad con mejor precisión que antes.

Su magnífico nivel en las cuatro presentaciones con su equipo en el reinicio de la Serie A son el argumento ideal para justificar esa apreciación. En esa cantidad de partidos, marcó cuatro goles. Aunque la denominación “goles” queda corta para describir las magníficas definiciones que tuvo.

Este sábado, ante el Torino en el Derby della Mole, abrió el marcador con un gol con aroma a fútbol de salón. Recibió adentro del área tras un pase de Juan Guillermo Cuadrado, controló, hizo una gambeta corta para un defensor en el suelo. En ese espacio reducido, hizo otro movimiento para desactivar la reacción del siguiente marcador y definió al gol con casi todos sus rivales vencidos.