El presidente de la FICR, Francesco Rocca, de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) brindó una conferencia de prensa en la que destacó su preocupación por la creciente desidia que existe en algunos lugares del mundo respecto al virus: “Hemos dicho desde el principio que ‘ninguno de nosotros está a salvo hasta que todos estemos a salvo’. Eso sigue siendo así. La primera oleada aún no ha terminado, y todavía no hemos alcanzado el pico máximo de este brote”, señaló alarmado.
Mientras que en algunas partes del mundo se están levantando las restricciones de COVID19, la situación en muchas regiones de América está empeorando. Con más de 5 millones de casos confirmados de COVID19 y más de 240 mil muertes, América es la región más afectada por el virus.
Ahora mismo existe una creciente preocupación porque la emergencia sanitaria causada por el virus pueda empeorar con la llegada del invierno austral, la temporada de gripe en Sudamérica y el periodo de huracanes en el Caribe.
Según declaraciones del presidente Rocca: “Los desastres no se detendrán. En toda América Central y el Caribe estamos trabajando intensamente, junto con las Sociedades de la Cruz Roja, para prepararnos para la temporada de huracanes. Sin embargo, las medidas de aislamiento y cuarentena necesarias para detener el virus están haciendo la tarea de preparación aún más difícil. Al mismo tiempo, nuestros equipos de respuesta están siendo muy activos en la lucha contra la pandemia”, indicó.
La pandemia también está ejerciendo una enorme presión sobre los sistemas de atención y gestión de la salud en la región y está repercutiendo en su capacidad para responder a otros brotes, como el dengue. El voluntariado y el personal de Cruz Roja está detectando cada vez más la aparición simultánea de COVID19 y dengue en muchas comunidades, y ambas enfermedades afectan a los mismos grupos vulnerables, especialmente a las personas que viven en zonas urbanas superpobladas y carentes de servicios. El impacto de COVID19 puede ocultar la gravedad de los brotes de dengue y desviar la atención de los profesionales de la contención del dengue y su control a nivel comunitario.