Diferentes actividades se realizaron en conmemoración a los 37 años de martirio del beato Monseñor Romero, en las que participan cientos de feligreses de la iglesia católica, Gracia Echeverría de la Comunidad Monseñor Romero es una de ellas y mostró su satisfacción por el evento “es digno para Romero que el pueblo conmemore su muerte, ya que el dio su vida por los Salvadoreños”, expresó.
Para Echeverría conmemorar la muerte del beato también es una forma de agradecer el sacrificio en su martirio y por la defensa que hizo de las personas a la luz del evangelio.
Debe encontrarse a los culpables
La muerte de Romero debe ser esclarecida, ya que hay un interés de ocultar a las verdaderas personas que cometieron el crimen, dijo la devota. “Pero el pueblo lo sabe, no directamente quién lo asesinó pero quien mando sí sabemos”, puntualizó Gracia Echeverría.
Ayer Tutela Legal presentó un pliego de peticiones en los juzgados 4° de instrucción para reabrir el caso y que se encuentre a los verdaderos culpables del asesinato del mártir.
Misa de conmemoración
En la Capilla del Hospital Divina Providencia, como es costumbre año con año desde aquel fatídico día se realizó una misa a la que acudieron decenas de feligreses nacionales y extranjeros, posteriormente salieron en peregrinación hacia Catedral Metropolitana.
La peregrinación también fue acompañada por diferentes sindicatos, sacerdotes, estudiantes y la comunidad identificada con el beato.
Beato Romero
Óscar Arnulfo Romero y Galdámez (Ciudad Barrios, 15 de agosto de 1917-San Salvador, 24 de marzo de 1980), conocido como monseñor Romero, fue un sacerdote católico salvadoreño y el cuarto arzobispo metropolitano de San Salvador (1977-1980), célebre por su prédica en defensa de los derechos humanos y por haber muerto asesinado durante la celebración de la misa.
El beato en sus homilías dominicales denunciaba violaciones de los derechos humanos y mostraba su solidaridad hacia las víctimas de violencia política.

